Château Tirecul La Gravière - Cuvée Madame 1998
El Château Tirecul La Gravière es una referencia imprescindible de Monbazillac, revelado al mundo en los años 1990 gracias a una exigencia rara y a una lectura incomparable de los terroirs arcillo-calcáreos del sur de Bergerac. Situado en laderas que disfrutan de una alternancia ideal de nieblas matutinas y soleamiento, el dominio ha sabido dominar el arte de la podredumbre noble con una precisión casi obsesiva. Los rendimientos son extremadamente bajos y las vendimias totalmente manuales, realizadas mediante selecciones minuciosas para conservar solo las bayas botritizadas más concentradas. La propiedad se impuso rápidamente como uno de los crus licorosos más prestigiosos de Francia, hasta el punto de rivalizar con algunos gigantes del Sauternais. Cuvée icónica del dominio, la Cuvée Madame solo nace en los años considerados verdaderamente excepcionales. El 1998 forma parte de esos años bendecidos donde la naturaleza permitió producir un néctar de una intensidad y longevidad fuera de lo común.
La Cuvée Madame 1998 se elabora a partir de uvas completamente botritizadas, recolectadas en varias pasadas sucesivas para concentrar al máximo el azúcar, los aromas y la textura. La añada 1998, cálida y particularmente favorable para el desarrollo de un botrytis homogéneo, permitió alcanzar una riqueza excepcional conservando una acidez viva, indispensable para el equilibrio de los grandes licorosos. Tras un prensado muy lento, los mostos fermentan en barricas, a menudo nuevas o de un vino, permitiendo que la madera se funda progresivamente en la materia densa y profunda. La crianza larga y paciente afina la estructura, refuerza las notas especiadas y aporta una pátina noble respetando la naturaleza ya fuera de norma del vino. La Cuvée Madame 1998 se distingue por su concentración fenomenal, su textura casi aceitosa y su inmenso potencial de envejecimiento, hoy solo en el alba de su madurez aromática. Este vino raro, producido en cantidad ínfima, forma parte de las grandes leyendas de Monbazillac.
En la cata, la Cuvée Madame 1998 revela un color ámbar profundo, con reflejos cobrizos y mielados, signo de una evolución noble y majestuosa. La nariz es suntuosa, de una intensidad cautivadora, mezclando albaricoque confitado, mango seco, pasta de membrillo, mermelada de naranja, miel de castaño, azafrán, cera de abeja y un toque de pan de especias. En boca, el ataque es aterciopelado, amplio, casi licoroso, sostenido por una materia de densidad excepcional. El azúcar, extremadamente concentrado, está perfectamente equilibrado por una acidez viva que da al vino una energía y una longitud impresionantes. Los sabores se despliegan en capas sucesivas, desde frutas exóticas confitadas hasta especias dulces, hasta un final interminable que evoca caramelo rubio, higo seco y trufa blanca. En la mesa, este vino marida magníficamente con un foie gras a la sartén, una ave con colmenillas, un queso azul afinado como un bleu d’Auvergne, un comté viejo, una tarta de albaricoque confitado o simplemente solo, servido lentamente, para una degustación meditativa digna de los más grandes licorosos del mundo.
Variedades: 80% Sémillon, 20% Muscadelle