Château de Fargues - Media botella 2002
El Château de Fargues 2002, ofrecido aquí en media botella, encarna la elegancia envejecida y la profundidad de los grandes Sauternes moldeados por el tiempo. El color oro intenso con reflejos ámbar testimonia una evolución noble y perfectamente controlada. La nariz se abre con aromas complejos de albaricoque confitado, mermelada de naranja y frutas exóticas maduras, acompañados de notas de miel, azafrán y cera de abeja. Al airearse, aparecen matices de frutos secos, pan de especias y vainilla delicada, firmas de un botrytis de gran calidad y una crianza larga y precisa. El conjunto es profundo, armonioso y de gran distinción, sin ninguna pesadez. Desde la olfacción, el vino expresa la nobleza de un Sauternes llegado a un espléndido estado de madurez.
En boca, el ataque es amplio y sedoso, sostenido por un licor rico pero perfectamente equilibrado por una acidez aún bien presente. Los sabores de frutas confitadas, cítricos, miel y especias suaves se despliegan con gran precisión, ofreciendo una textura untuosa y envolvente. La dulzura, fundida y elegante, nunca domina, dejando lugar a una sensación de frescura y una longitud notable para un vino de esta edad. La crianza aporta una complejidad adicional, con notas de madera noble, vainilla y frutos secos perfectamente integrados. El final es largo, persistente, marcado por la miel, el azafrán y una delicada amargura de naranja confitada que prolonga el placer. El formato media botella resalta especialmente esta evolución lograda, ideal para una degustación en pareja.
El Château de Fargues 2002 es un vino de gastronomía y contemplación, destinado a los grandes momentos en la mesa. Acompaña magníficamente un foie gras a la sartén o semicocido, una ave asada con frutos secos, un queso azul o postres poco azucarados a base de frutas amarillas y cítricos. También puede disfrutarse solo, degustado lentamente, para apreciar toda la complejidad de su evolución. Servido alrededor de 10 a 12 °C, revela plenamente su equilibrio entre riqueza, frescura y profundidad aromática. Ya en un espléndido apogeo, puede conservarse varios años más en buenas condiciones. Es un gran Sauternes clásico, refinado e intemporal, que ilustra con brillo el estilo exigente y noble del Château de Fargues.
Variedades: Sémillon, Sauvignon Blanc