Champán JM Sélèque - Ratafia Champenois
Champagne JM Sélèque está situada en Pierry, entre el valle del Marne y la Côte des Blancs en Champagne . La finca fue creada en la década de 1960 por Henri Sélèque, originario de Polonia, y su esposa Françoise Bagnost. Plantó vides en los terroirs de Moussy y Pierry y comercializó sus primeras botellas en 1969. La llegada de Richard, su hijo, a la finca marcó un paso importante: graduado en enología, ayudó a modernizar las prácticas y refinar los métodos de vinificación y envejecimiento. Al mismo tiempo, compraron y plantaron nuevas parcelas en Dizy y Mardeuil (valle del Marne) y Vertus (Côte des Blancs). El hijo de Richard, Jean-Marc, se graduó en viti-enología e inicialmente se formó en el extranjero para Maison Chandon (valle de Napa, valle de Yarra, etc.). Regresó a la finca familiar en 2008 con una sólida formación técnica. Durante estos experimentos, se percató de los límites tecnológicos del vino, que consistían en estandarizar sabores y texturas con numerosas correcciones en bodega. Decidió entonces inscribir su trabajo en una visión artesanal , en busca de la autenticidad y una expresión justa y natural de los terroirs. Las 9 hectáreas de la finca se distribuyen en 45 parcelas y 7 comunas. Jean-Marc avanzó hacia un enfoque de agricultura ecológica , sin pretender llegar a la certificación para evitar limitarse a ningún marco dogmático y mantener una verdadera libertad de experimentación, complementada a partir de 2010 con prácticas inspiradas en la biodinámica. Estableció un trabajo meticuloso en el viñedo, uvas sanas y perfectamente maduras, sin artificios en la vinificación y aún menos insumos enológicos, la menor cantidad posible de azufre, un largo tiempo de crianza en tablillas y un uso extremadamente limitado de la dosis.
Este Ratafia Champenois es un ensamblaje de mosto de uva Chardonnay (50%), Meunier (40%) y Pinot Noir (10%), fortificado con alcohol puro (94,5%) de la región del Marne. Se envejece en barricas de roble de 600 litros y contiene 130 g/l de azúcar residual.
Aterciopelada y soleada, esta ratafía revela aromas de fruta confitada, miel, membrillo y especias dulces. Un encantador licor de champán, ideal para disfrutar frío al final de una comida.