Fritz Haag - Brauneberger Juffer Sonnenuhr Riesling Spätlese 2012
Brauneberger Juffer Sonnenuhr Riesling Spätlese 2012 de la bodega Fritz Haag es un gran blanco de Mosel en su madurez, donde el tiempo ha fundido sutilmente el azúcar, la acidez y la mineralidad en una armonía notable. El color, de un oro claro con reflejos ligeramente plateados, ya anuncia una hermosa evolución sin pesadez. La nariz se abre con notas de albaricoque confitado, melocotón blanco bien maduro y manzana asada, complementadas por toques de cítricos confitados, miel fina y flores blancas secas. En el fondo, la firma de la pizarra de Brauneberger Juffer Sonnenuhr aparece en forma de piedra húmeda, humo delicado y una impresión polvorienta muy noble. En boca, dulce pero perfectamente equilibrado, despliega un azúcar fino sostenido por una acidez cristalina típica de Mosel, dando un perfil esbelto más que masivo. El final, de gran longitud, combina cáscara de naranja, miel ligera, especias suaves y salinidad, con una gran pureza de línea.
Con la aireación, el 2012 gana en complejidad aromática y revela matices de verbena, infusión de limón, cera de abeja y frutas exóticas discretas, como mango o maracuyá muy maduro. El envejecimiento se siente en la textura, más acariciante, casi cremosa, mientras se mantiene sostenida por una columna vertebral ácida de frescura intacta. El terruño de laderas abruptas, plantadas sobre pizarras calentadas por el sol, se expresa con una mineralidad profunda y una impresión casi táctil de roca caliente. Se percibe en este Spätlese la precisión de la bodega, que busca la finura, la digestibilidad y la transparencia del terruño más que la demostración de riqueza. El vino respira madurez controlada, con una evolución aromática noble pero sin signos de fatiga. Cada sorbo confirma el equilibrio entre dulzura, tensión y energía mineral, en una expresión muy clásica y muy lograda del estilo Mosel.
En la mesa, Brauneberger Juffer Sonnenuhr Riesling Spätlese 2012 se presta a una amplia gama de maridajes gastronómicos, mucho más allá del registro solo de postres. Acompaña magníficamente una cocina asiática ligeramente especiada, platos agridulces, pato lacado, ave asada con cítricos o foie gras semi-cocido, gracias a su dulzura fina y su acidez cortante. También se muestra excelente con quesos de pasta azul, como un azul suave, o en compañía de postres con frutas amarillas, cítricos o a base de masa hojaldrada caramelizada. Servido alrededor de 9 a 11 °C en una copa generosa, expresa plenamente sus aromas terciarios mientras mantiene su frescura. Ya en una ventana de degustación muy buena, podrá evolucionar algunos años más, ganando en notas de miel, cera e infusión de hierbas. Es un gran Spätlese de terruño, refinado, vibrante y de gran precisión.
Variedad de uva: Riesling